La cantidad de accidentes provocados por desperfectos en los ascensores es todavía alta. Mucho se avanzó con la sanción de leyes regulatorias para el uso de los medios de elevación en Argentina, pero es imprescindible realizar un mantenimiento periódico con responsabilidad.
La primera señal de alerta se produce cuando el coche o la plataforma, en el caso de los montacargas, se detiene fuera de nivel o queda parado entre dos pisos. Esta situación se debe, en un 60 o 70% de los casos, al mal uso de las puertas, ya sean placas o con tablillas.
Su cierre incorrecto hace que la hoja rebote y pierda contacto. Esto a su vez, genera un cortocircuito por el desgaste de los contactores, que no siempre es fácil de localizar.
También puede originar el mismo problema una falla en las zapatas de frenos en los ascensores de corriente alterna de una o dos velocidades. Los equipos más modernos, de frecuencia variable, quedan exentos porque el frenado se produce por variación en la frecuencia de onda.
La durabilidad de las zapatas para la detención de la cabina se estima en un promedio de entre 1 y 2 años. Los sistemas de una sola velocidad sufren el mayor deterioro.
Otro factor para no desestimar es el desgaste de la polea del regulador y del cable. Se produce una especie de desflecado de los hilos que generalmente son del tipo marino (Cables de acero trenzado con alma textil). Los límites de fin de carrera faltos de ajuste también provocan paradas fuera de piso. Se los debe ubicar a 0,11mts del nivel del piso y cuando esta medida es sobrepasada hacia arriba o abajo el coche se debe detener automáticamente. Esta regulación está íntimamente ligada al mecanismo de los frenos.
Tanto en ascensores como en montacargas el peor y más frecuente de los problemas se genera al exceder el peso permitido. Esta negligencia provoca la desregulación en las paradas y un desgaste pronunciado de la máquina, por lo que se debe respetar a ultranza el peso máximo. El desgaste del regulador propiamente dicho o de la corona y sinfín es un problema menos frecuente. Se evidencia por la pérdida de aceite por el retén o la junta de la máquina. Si bien su recambio no es oneroso, generalmente basta con realizar un ajuste en la regulación.
Por el contrario, si se detecta olor a quemado o fallas eléctricas continuas se deben reemplazar los cables viejos por otros de PVC antiflama.
El tablero del ascensor puede ser otro generados de problemas porque hay bobinas de relé y contactores que tienen un tiempo de vida útil muy limitado (Variable de acuerdo con la frecuencia de uso). Además, se suelen quemar las fuentes rectificadoras de corriente alterna a continua. La alimentación del motor es de 380 volts con conexión tipo estrella o triángulo. De una fase se alimenta el transformador a 135 o 150 volts, la fuente la rectifica a continua y llega así al tablero de comando. Los elevadores más modernos no tienen estos problemas porque trabajan con baja tensión (12 o 24 volts). Solo reciben mayor voltaje el motor y los contactos de las puertas.
Como tratamiento preventivo para prevenir estos problemas se recomienda:
- regular periódicamente los frenos,
- los límites de fin de carrera,
- verificar el estado del paracaídas y la correcta fijación y alineamiento de las guías del coche,
- mantener el bajo recorrido seco y en perfecto estado de limpieza,
- no permitir que en la sala de máquinas se almacenen elementos ajenos a ella o inflamables de cualquier tipo,
- Es obligatorio contar con un matafuego en ese lugar,
- Si alguna persona queda atrapada en un entrepiso y se debe recurrir a la tracción manual (Palanca directa al motor), se deberá tener especial cuidado de desconectar la tensión del motor, ya que si en el proceso de accionamiento manual, con el motor conectado alguien hiciera una llamada de piso, la palanca girará veloz y sin control con mucho peligro de provocar accidentes.